martes, 2 de marzo de 2010

Epicondilitis: codo de tenista

(IMPORTANTE: La información aquí representada es de carácter informativo y no pretende ofrecer una consulta o recomendación médica. No reemplaza la opinión del médico o especialista. Consulta siempre a tu médico o especialista. Consulta a tu médico antes de iniciar cualquier tratamiento y/o programa físico)


Las inflamaciones en las inserciones musculares a nivel de la articulación del codo son comunes entre quienes entrenan con pesas o practican algún deporte debido a los movimientos repetitivos, el levantamiento de pesos o por movimientos bruscos.

La tendinitis más frecuente es la epicondilitis, el codo de tenista o epicondilitis lateral, un tipo de tendinitis caracterizada por la inflamación de las inserciones musculares en la parte lateral del codo. (Cuando la inflamación afecta a las fibras musculares que se insertan en la cara interna del codo, se produce la epicondilitis medial, epitrocleítis o codo de golfista). En ambos tipos de epicondilitis puede aparecer dolor a nivel de la inserción muscular en el codo o se puede irradiar hacia los músculos del antebrazo e inclusive hasta la muñeca.

Al surgir alguna de estas inflamaciones el tratamiento está
orientado hacia la protección de la articulación, la disminución de la inflamación y el fortalecimiento de músculos y tendones.


Protección de la articulación
Es recomendable reducir y de ser posible cesar las actividades que causan el dolor; puede ser necesario el uso de coderas elásticas, férulas de muñeca e inclusive inmovilización con yeso. Los estiramientos ayudan a disminuir la tensión del músculo sobre el codo afectado; deben incluir tanto el brazo como antebrazo, mano, muñeca, cuello, hombro y espalda superior.
Disminución de la inflamación
El médico podría indicar antiinflamatorios, infiltraciones con corticoides y sesiones de fisioterapia. Sin embargo, el uso de hielo y masajes pueden ayudar mucho para bajar la hinchazón y facilitar la cicatrización de los tendones afectados. Para aplicar hielo rodea codo y antebrazo con una tela humedecida, y coloca durante quince a veinte minutos sobre la tela una bolsa de hielo triturado. Para aplicar el masaje con hielo, llena un vaso de plástico con agua y mételo en el congelador. Recorta la mitad superior del vaso de plástico, masajea suavemente la zona dolorosa con el hielo duante cinco minutos. Para el masaje de fricción, usa las yemas del los dedos pulgar o índice. Frótate sobre el área dolorosa. Comenzar con una ligera presión y poco a poco ir aumentando hasta aplicar una presión firme. Continuar el masaje durante tres a cinco minutos. Alternar el hielo y el masaje, siempre terminando con la aplicación de hielo de forma que el área afecta no se quede inflamada. Repetir dos o tres veces al día.
Fortalecimiento de músculos y tendones
Cuando el dolor ha disminuido será necesario realizar estiramientos y ejercicios de potenciación para rehabilitar y fortalecer las estructuras lesionadas. En algunos casos cuando la inflamación no cede podría ser que los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento resuelvan el problema.
Ejercicios de estiramiento para prevenir la epicondilitis
El estiramiento de los músculos flexores y extensores del antebrazo contribuye a prevenir el desequilibrio muscular. Procedimiento: Extender firmemente la muñeca con el brazo estirado; mantener así durante cuatro a seis segundos y repetir de cuatro a seis veces. Repetir el mismo ejercicio, pero esta vez flexionando la muñeca con el codo en extensión.
Ejercicios de fortalecimiento para prevenir la epicondilitis
Una vez recuperada la flexibilidad mediante los estiramientos se procede a incluir en la rehabilitación ejercicios para el fortalecimiento de músculos y tendones. Procedimiento: Realizar flexiones y extensiones de la muñeca agarrando un peso con la mano, el movimiento debe ser rápido hacia arriba y lento hacia abajo. Hacer dos series de veinte a treinta repeticiones cada una. Pueden añadirse ejercicios de prensión apretando una pelota de goma, pero limitándolos a veinte repeticiones.
Cirugía de la epicondilitis
Cuando la epicondilitis no responde a estos tratamientos podría ser necesaria la cirugía. La intervención consiste en la liberación de una parte de la inserción ósea del tendón; esto disminuye la tensión y permite que mejore la vascularización de los tejidos facilitando la cicatrización. Después de la cirugía es conveniente continuar con los ejercicios de estiramiento y potenciación para prevenir recaídas. Por lo general la recuperación completa se consigue en un período de entre seis semanas y cuatro meses.
(Fuente: http://www.puntofape.com/)

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Tratamiento EPICONDILITIS
El tratamiento de esta enfermedad incluye un tratamiento:
- Preventivo.
- Conservador.
- Quirúrgico.

El tratamiento preventivo tiene como objetivos:
- Reducir las actividades causantes de dolor.
- Modificar aquellas actividades que agravan el dolor.
- Disminuir el tiempo o intensidad de la actividad.
- Realizar descansos y estiramientos.
- Utilización de una codera elástica o una férula de muñeca y ocasionalmente la inmovilización con yeso.
- Un programa de estiramientos puede ser útil por disminuir la tensión del músculo sobre el tendón afecto. Los estiramientos incluyen el brazo afecto, así como el cuello, parte superior de la espalda y hombro, mano, muñeca, antebrazo y tríceps.

Se logra disminuir las recidivas de la enfermedad:
- Utilización de materiales para la fabricación de raquetas que amortigüen el impacto de la bola en el tenis.
- Disminuir la tensión del cordaje.
- Utilizar un grip o empuñadura acorde a cada deportista.
- Practicar deporte en forma correcta, manejar la raqueta y usar un mango adecuado para la mano.
- Hacer ejercicios de precalentamiento antes de jugar
- Colocar hielo en el codo después de hacer ejercicio y trabajar.
- Al realizar actividades laborales, usar la postura correcta y colocar los brazos de manera que durante el trabajo el codo y los músculos de brazo no se usen excesivamente.
- Los atletas deben dejar de jugar o reducir la frecuencia de juego de deportes con raquetas u otras actividades que mueven el codo en forma repetida (martillar, destapar frascos o destornillar) hasta que sus síntomas desaparezcan.
- Tratar de levantar objetos con la palma de la mano hacia arriba para no usar el epicóndilo lateral excesivamente.

En el personal de informática sin duda el mejor remedio es reducir las horas ante la máquina, pero, si no hay otra opción, la mejor solución al alcance es hacer pausas frecuentes y aprender a usar adecuadamente el equipo, donde las medidas preventivas para mejorar la postura son de vital importancia. La postura para trabajar en la computadora debe considerar las siguientes recomendaciones: Los antebrazos deben estar a la altura de la mesa y disponer de apoyo en posición horizontal, formando un ángulo con los brazos de entre 100º y 110º. Muslos horizontales y los pies apoyados en el suelo o sobre un reposapiés. La espalda debe estar apoyada y formando un ángulo con la horizontal de unos 100º y 110º. Línea de hombros paralela al plano frontal, sin torsión del tronco.
Línea de visión paralela al plano horizontal. Manos relajadas, sin flexión ni desviación lateral. Se deben establecer pausas y se recomienda realizar ejercicios visuales y de estiramiento antes de que sobrevenga la fatiga. Resultan más eficaces las pausas cortas y frecuentes que las largas y escasas. Por ejemplo, es preferible hacer pausas de 10 minutos cada hora de trabajo continuo con la pantalla a realizar pausas de 20 minutos cada dos horas. Siempre que sea posible, deben hacerse lejos de la pantalla y deben permitir relajar la vista, cambiar de postura, dar algunos pasos, etc. Lo habitual es establecer pausas de unos 10 ó 15 minutos por cada 90 minutos de trabajo. Si se requiere una gran atención, conviene realizar al menos una pausa de 10 minutos cada hora. Silla: La silla es uno de los enseres más importantes para el trabajo del informático ya que fuerza a mantener una postura correcta y a que la circulación sea adecuada, se debe adaptar a la persona, por eso debe ser ajustable, los muslos han de permanecer horizontales para que apoyen a la parte inferior de la espalda, los pies deben reposar horizontalmente en el suelo mientras trabaja; si no es posible, la causa más probable es que la silla es demasiado alta. Se recomienda: Un respaldo que permita un buen apoyo lumbar (preferentemente ajustable) y con regulación, al menos en inclinación. Un asiento regulable en altura (de 38 a 54 cm) y borde redondeado para no dificultar la circulación sanguínea. Mecanismos de ajuste fácilmente manejables en posición sentado y construidos a prueba de cambios no intencionados. Cinco apoyos para el suelo, preferiblemente con ruedas cuando se trabaje sobre superficies muy amplias. Los reposabrazos son opcionales, pero permiten dar apoyo y descanso a hombros y brazos. No debe impedir el acercamiento a la zona de trabajo. Es recomendable que la distancia entre ambos sea mayor de 46 cm, tengan una longitud de al menos 21 cm, estén a una altura de 20 cm sobre el asiento y la superficie útil de apoyo sea, al menos, de 5 cm de ancho. Es necesario en los casos donde no se pueda regular la altura de la mesa o la altura del asiento el uso de reposapiés. Cuando se utilice, debe reunir las siguientes características: Inclinación ajustable entre 0 y 150 respecto al plano horizontal. Dimensiones mínimas de 45 cm de ancho por 35 cm de profundidad. Debe tener superficie antideslizantes, tanto en la zona superior para los pies como en sus apoyos para el suelo. El teclado: El uso correcto y confortable del teclado depende de la altura a que se encuentra, los brazos deben estar relajados y los antebrazos prácticamente en posición horizontal, las manos se deben desplazar por el teclado y no mantenerse en una posición fija porque obliga a la hiperextensión de los dedos y de la fuerza con que sea necesario teclear. La altura de la tercera fila de las teclas (fila central) no debe exceder de 3 cm respecto a la base de apoyo del teclado. Es recomendable que exista un soporte para las manos cuya profundidad debe ser al menos de 10 cm. Si no fuera así se debe habilitar un espacio similar en la mesa delante del teclado. Con ello, se consigue reducir la tensión estática en los brazos y espalda. El ratón: El ratón debe colocarse cerca del teclado de forma que se pueda utilizar sin tener que estirarse o torcerse hacia un lado del cuerpo. El monitor: La localización y orientación de la pantalla depende de la iluminación del lugar del trabajo, la distancia a que se sitúe, el ángulo y el control de los reflejos. Normalmente, se considera que la distancia mínima a la que debe colocarse es de 30 centímetros. En la distancia influyen otros factores, como el tamaño de la letra o los símbolos utilizados. La distancia recomendada es la mayor posible superior a los 40 cm con respecto a los ojos del usuario, porque necesita menos convergencia y, por tanto, reduce las probabilidades de causar cansancio en la vista, la altura adecuada en la pantalla se relaciona con la posición del ojo. Debe ser orientable e inclinarse a voluntad, con facilidad, para adaptarse a las necesidades del usuario y debe verse dentro del espacio comprendido entre la línea de visión horizontal y la trazada a 600 bajo la misma. No obstante, esta altura tiene menor importancia que el hecho de que la posición de la pantalla obligue a mantener fija la cabeza durante muchas horas. Por tanto: La pantalla tiene que poderse orientar e inclinar. Debe situarla a unos 45 cms. de distancia, frente a los ojos (no a izquierda ni derecha) y a su altura, o ligeramente por debajo. El teclado debe estar bajo, para no levantar los hombros, o debe poder apoyar los antebrazos en la mesa. La elevación del teclado sobre la mesa no debe superar los 25º. Si es posible, la iluminación debe ser natural, y en todo caso se deben evitar los reflejos en la pantalla. Las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado a 90º. Puede utilizar también un reposa manos de al menos 10 cm. de profundidad para reducir la tensión estática. Si usa prolongadamente el ratón, alterne cada cierto tiempo la mano con la que lo maneja. Coloque en un radio de 75 cms. los objetos que utilice frecuentemente, como el teléfono y el teclado, y a más distancia los que utilice menos a menudo, como las unidades de almacenamiento o la impresora. Así cambiará de posición cada cierto tiempo.


Tratamiento conservador
Incluye: Medidas generales. Tratamiento médico. Tratamiento físico rehabilitador. Otros tipos de tratamientos. En la etapa aguda en un primer momento deben indicarse el reposo y la fisioterapia.
Medidas generales
- Reposo de la movilidad articular.
- Colocar hielo en el codo veinte minutos cada 3 o 4 horas durante 2 o 3 días.
- Usar una banda elástica que se coloca alrededor del antebrazo justo debajo del codo para evitar el dolor.
Tratamiento médico
- Aines por vía oral, intramuscular o enteral que pueden asociarse a miorelajantes con una alta efectividad.
- Esteroides por vía oral o infiltraciones que son efectivas en el tratamiento a corto plazo (2-6 semanas), pero parece que no existe un beneficio a largo plazo. No está claro si esta forma de tratamiento tiene beneficios sobre otros tratamientos. En casos agudos y dolorosos la infiltración con corticoides de depósito alivia el dolor y en ocasiones se debe inmovilizar con yeso por una semana.
Tratamiento físico-rehabilitador
Los objetivos del tratamiento rehabilitador son: Proteger la articulación. Disminuir la inflamación. Disminuir el dolor. Fortalecer los músculos y tendones
1. Medicina física
- Termoterapia con onda corta y ultrasonidos.
- Laserterapia en puntos dolorosos a dosis analgésica o se aplica en puntos de acupuntura.
- Magnetoterapia local o con imanes permanentes.
- Corrientes analgésicas de baja y media frecuencia (Tens, Diadinámicas e Interferencial), buscando la analgesia por diferentes mecanismos.
- Iontoforesis con esteroides
2. Ortesis
Bandaje para epicondilitis o férula de muñeca en casos rebeldes al tratamiento, colocar 2-3 traveses de dedos debajo del epicóndilo.
3. Masajes
- Puede aplicarse una crema antinflamatoria con masaje circular o siguiendo la dirección tendinosa.
- Masaje transverso profundo de Cyriax
Si persisten las molestias, puede utilizarse la manipulación forzada; el método es clásico desde la descripción de Mills en 1928, aunque también lo recomiendan autores como Cyriax (1936). La metodología es la siguiente: se coloca el codo flexionado con la mano flexionada, para pasar rápidamente a la extensión del codo, intentando pronar la muñeca al máximo; es decir, como si diésemos un puñetazo al aire. Originalmente era realizado con anestesia local superficial, aunque no lo encontramos necesario. La manipulación se repite varias veces y en días consecutivos. La intención de la maniobra es conseguir la distensión de la musculatura epicondílea, a expensas de micro roturas de las fibras musculares y de la inserción tendinosa.
4. Cinesiterapia
4.1. Ejercicios de estiramientos
Pueden ser útiles para disminuir la tensión del músculo sobre el tendón afecto. Los estiramientos incluyen el brazo afecto, así como el cuello, parte superior de la espalda y hombro, mano, muñeca, antebrazo y tríceps. Generalmente esto se hace después de que los pasos anteriores han conseguido que disminuya el dolor. En algunos casos, cuando el dolor no mejora con otras medidas, un programa de fortalecimiento conducirá a la resolución completa de los síntomas, estos ejercicios deben realizarse únicamente cuando se ha recuperado la flexibilidad mediante los estiramientos. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento son necesarios para una rehabilitación apropiada. El estiramiento de los músculos flexores y extensores del antebrazo contribuirán a prevenir el desequilibrio muscular, se realizaran extendiendo firmemente la muñeca con el brazo estirado; manteniendose así durante 4-6 segundos y repetir de 4 a 6 veces. Repetir el mismo ejercicio, pero esta vez flexionando la muñeca con el codo en extensión.
4.2. Ejercicios de fortalecimiento
Se deben realizar flexiones y extensiones de la muñeca (rápido hacia arriba, lentamente hacia abajo) cogiendo un peso con la mano. Hacer dos tandas con 20 ó 30 repeticiones cada una. (Pueden añadirse ejercicios de prensión apretando una pelota de goma, pero limitándolos a 20 repeticiones).
5. Otros tratamientos
- Multiperforaciones percutáneas Excepcionalmente en casos que no mejoran con tratamiento conservador, la desbridación quirúrgica de la zona puede ser resolutiva, estando indicada en casos crónicos.
- Ondas de choque extracorpóreas Existen estudios prospectivos donde han quedado demostrados los efectos beneficiosos de esta modalidad de tratamiento en la epicondilitis.
- Tratamiento quirúrgico Es sólo de aplicación en casos muy determinados, según Epps únicamente en el 2% de los pacientes.
- Tratamiento para el hogar Aplicar hielo después de los periodos de ejercicio/trabajo para reducir la inflamación y conseguir un alivio temporal del dolor. Para la aplicación del hielo, rodea el codo y el antebrazo con una tela humedecida y coloca una bolsa de hielo triturado sobre ésta. Mantener el hielo durante 15-20 minutos realizando movimientos a favor de las manecillas del reloj. El hielo y masaje de fricción se puede usar para disminuir la inflamación y promover la cicatrización de los tendones inflamados. El hielo provoca la constricción de los vasos de superficie; la fricción los dilata. Para el masaje de fricción, usa las yemas del los dedos pulgar o índice. Frótate sobre el área dolorosa. Comenzar con una ligera presión y poco a poco ir aumentando hasta aplicar una presión firme. Continuar el masaje durante 3-5 minutos. Alternar el hielo y el masaje, siempre terminando con la aplicación de hielo de forma que el área afecta no se quede inflamada. Repetir 2 ó 3 veces al día.
(Fuente: http://www.monografias.com/trabajos23/epicondilitis/epicondilitis.shtml
Dra. Tania Bravo Acosta. Especialista de segundo grado en Medicina Física y Rehabilitación)

1 comentario:

  1. El ejercicio de estiramiento que a mí me recomendó un fisioterapeuta que trabaja en la FTM es: brazo estirado hacia abajo por detrás de la espalda; con la mano del otro brazo se dobla la muñeca del brazo lesionado hacia arriba.

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