martes, 2 de marzo de 2010

El sacrificio



Contaba Toni Nadal en su momento, en una de las primeras presencias de Rafael Nadal en el Abierto de los Estados Unidos, que uno de los motivos de que no llegase más adelante en el torneo había sido la mala predisposición, las continuas quejas sobre las características de las pelotas.

" No las van a cambiar, tendrás que adaptarte a ellas ", vino a decirle su tío y entrenador. El hoy número uno del mundo aún no había terminado de asimilar las enseñanzas del hombre que, entre otras muchas cosas, le aconsejó desde chico que nunca debería tirar la raqueta al suelo, que eso era un síntoma de mala educación y de falta de respeto hacia el tenis.

Rafael Nadal peleó en la final de Indian Wells contra Andy Murray y contra los elementos. Terminó por ser más obstinada la presión del viento que la resistencia del número cuatro del mundo, superado por las circunstancias adversas. Consciente de que el vendaval no se iba a detener por muchas malas caras que le pusiese o por muchos monólogos que articulase, el campeón se puso a trabajar para hacer frente a las incomodidades, que son muchísmas en este deporte cuando el aire se pone en agitado movimiento.

El español juega desde hace bastante tiempo con protección para sus rodillas, depende notablemente de su condición física y es capaz de disputar partidos con bastante dolor. Así lo hizo, por ejemplo, en Wimbledon, donde debió de jugar infiltrado desde la segunda ronda. Lo ganó, como es sabido, en aquella maravillosa final contra Roger Federer. " Para ser feliz hay que ser austero ", dice Toni Nadal. " En esta vida hay que aprender a conjugar el verbo aguantarse. Yo me aguanto, tú te aguantas y él ... ", prosigue Toni. " Y eso es lo que no hace la gente hoy en día. Todo son pegas. Sin darle un concepto religioso, la gente es menos sacrificada. Eso es lo que he intentado transmitirle. Le digo: 'Aunque a ti te vayan las cosas muy bien, aunque tengas dinero y éxito, tendrás que aguantarte, porque habrá cosas que no podrás controlar. Morirá un familiar. Te dejará la novia. Y te tendrás que aguantar ".

La final de Indian Wells fue así un escenario ideal para poner en práctica el manual de estoicismo de Toni Nadal, un hombre cuya cuota de responsabilidad en el tallado del joven triunfador es mucho más alta de la que corresponde a la inmensa mayoría de los entrenadores del circuito con sus respectivos pupilos. La suya es una formación integral, de la que sacará provecho a lo largo de toda su vida, mucho después de colgar la raqueta
(Fuente: Sin Red. Javier Rodríguez. 23/03/2009)

1 comentario:

  1. Tras ganar su primer Roland Garros, le preguntaron a Rafa por su psicólogo, ya que se veía que era muy difícil que un chaval de su edad tuviera tal fortaleza mental. Afirmó que el único psicólogo que había tenido era su tío.
    Toni Nadal le explicaba que en la vida había que aguantarse de todo. Que te dejaba la novia, había que aguantarse. Que te suspendían, había que aguantarse. Que perdías un partido o un punto, había que aguantarse. Que no valía la pena quejarse de lo que ya había sucedido. Solo pensar en el futuro, porque lo malo acababa de pasar.
    Por ello, cuando Rafa juega un partido, nunca lo da por perdido, ya que, si pierde un punto se aguanta, no se queja y vuelve a luchar a por el otro. Es una especie de psicología de refuerzo positivo, desechando cualquier pensamiento de negación. Mientras otros piensan, “no puedo más” o “el rival me está matando”, Rafa piensa “pues me aguanto”, es decir, gane o pierda ya está preparando el próximo punto, el próximo set, el próximo partido, el próximo torneo.

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